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martes, 10 de junio de 2014

LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN DEL PORTERO DE FÚTBOL



El fútbol es un deporte, y como todo deporte, posee un contexto de juego. Dentro de ese contexto nos encontramos con muchos matices que lo engloban, y uno de ellos es la comunicación, la cual varía según la posición que compete al jugador. En este caso nos adentraremos en la relación portero-jugador que se genera en portería o fuera de la misma. 

Antes de empezar a profundizar en el tema, debemos conocer en qué equipo nos encontramos, que porteros tenemos y cuáles son sus características estructurales, que modelo de juego propio nos van a pedir, para saber que planificamos en función de la edad con la que trabajamos y saber hasta dónde podemos llegar y hasta donde no. No es lo mismo trabajar en un equipo de una localidad, que en un equipo de cantera de un club.

Por otro lado, es imprescindible comprender que la figura del portero ha evolucionado mucho, y como entrenadores de porteros, debemos estudiar y analizar su comportamiento. En años anteriores, las actuaciones de un portero se limitaban en realizar acciones defensivas en portería, catalogando al portero como un jugador que intervenía evitando los goles del equipo contrario. Actualmente, la figura del portero ha cambiado y se busca que el portero intervenga lo menos posible, ya sea a nivel ofensivo o defensivo, siendo un portero que organiza a su línea defensiva persuadiendo de que el rival les haga daño, de que les puede hacer gol, y que puede hacerle actuar hacia una zona de riesgo, por tanto, estamos hablando de un portero evitador, consciente de que existe una fase previa a la intervención, una fase en la cual no toca el balón, sino que organiza a su línea defensiva para no tener problemas.


Por tanto, cabe destacar, que un portero participa en 2 procesos; un proceso defensivo y un proceso ofensivo. Pues bien, como entrenadores de porteros, debemos introducirle a nuestros porteros, unas herramientas eficaces que ayuden a establecer una buena comunicación con el equipo, para dar sentido a dicho contexto de juego y evitar situaciones de peligro por parte del equipo rival.

Sin embargo, ¿Por qué nos encontramos porteros cuya personalidad es muy extrovertida dialogando con sus compañeros de equipo en los vestuarios y cuando está en el campo normalmente no habla? Es un portero que aparentemente no tiene problemas con su personalidad, pero ¿Sabe cuáles son las funciones que  le está pidiendo su entrenador? ¿Le exigen sus compañeros que hable con ellos para organizar al equipo? ¿Sabe cómo tiene que hacerlo? ¿Sabe lo que tiene que decir? A lo mejor no habla por ese motivo, porque no sabe emplear una terminología adecuada y no puede ayudar a su equipo. ¿De quién es ese trabajo? Nuestro. ¿De quién es el mérito? El mérito siempre es del portero, porque es el que juega y es el que se equivoca o acierta. Nosotros, simplemente intentamos poner unos medios, de los cuales muchas veces nos equivocamos, al igual que acertamos.


Por tanto, debemos evitar que un portero esté en silencio cuando se están produciendo constantemente situaciones en un entrenamiento o partido, porque está demostrando que no sabe como comunicarse con sus compañeros. Normalmente, los porteros no hablan porque no saben que decir al corregir a su línea defensiva ya que no poseen una buena lectura de partido. Debemos ser conscientes de que el fallo no es suyo, sino nuestro por no haberlos enseñado. Se puede dar el caso también de que un portero puede hablar mucho pero comunicarse mal, porque no sabe cómo hacerlo y emplea palabras como vale, venga va, arriba, etc. Está comunicándose con el equipo pero sin saber cómo hacerlo y en realidad no está diciendo nada útil. Por esta razón, se llegan a dar circunstancias en las cuales observamos a porteros frustrados porque la línea defensiva no le hace caso a las órdenes que les está transmitiendo, pero la realidad es que  el portero ha estado 90 minutos comunicándose con la línea defensiva, diciendo cosas que no valen para nada. El portero se acostumbra a emplear palabras frecuentemente diciendo lo mismo, y esas palabras no tienen nada que ver con la acción que está sucediendo, por tanto esa información que está ordenando, no sirve para nada al equipo. 

Los entrenadores de porteros, normalmente intentamos poner medios, y el portero que es inteligente los va cogiendo, discriminando si algo le resulta útil o no y si tenemos razón o no.  El portero tiene la capacidad de adquirir esa información y ponerla en práctica, por tanto, el mérito es de él, porque ha tenido la capacidad de ponerlo en práctica y no equivocarse. Entonces si el portero tiene el hábito y sabe cómo hacerlo, si no lo hace es porque no quiere. Si no tiene el hábito o no sabe cómo hacerlo, ya tenemos dos razones para saber que algo estamos haciendo mal nosotros.


Como conclusión, podemos decir que la información que debe dar un portero para comunicarse con su equipo, debe ser de calidad en el momento oportuno, con un carácter positivo, intentando no entrar en valoraciones y evitando frases largas y cargadas de mucha información, ya que el jugador está centrado en la acción del juego que se está desarrollando, para llegar a ser beneficiosa y que no se produzca el efecto contrario a lo que se pretende, que no es otra cosa que ayudar al equipo a solucionar las acciones defensivas u ofensivas en portería o fuera de ella. 

Para finalizar, compartiré con todos/as vosotros/as una frase que resume todo lo anteriormente comentado. Muchas gracias por todos los mensajes que recibo por parte de los lectores y por las visitas diarias que recibe el blog, ya que son el principal motivo por el que sigo escribiendo artículos. Un abrazo muy fuerte.

 

“Las palabras importantes pueden ser cortas y fáciles de decir, pero sus ecos son realmente infinitos”.

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