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lunes, 3 de marzo de 2014

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL DEL PORTERO DE FÚTBOL



El portero de fútbol siempre está buscando su éxito deportivo, por tanto, se mueve por motivaciones similares al ego para buscar la titularidad, realizar buenas actuaciones para dejar la portería a cero, trabajar duro en cada entrenamiento para tener una continuidad en el equipo, y evitar tener malas actuaciones para que no lo critiquen los medios de comunicación. Todo esto sucede porque nuestro cerebro está preparado para la supervivencia y no para la felicidad. Debemos aprender a lidiar con nuestras propias emociones. Necesitamos herramientas para entendernos a nosotros mismos, para comprender a nuestros compañeros y para crear nuestros propios sistemas de valores. 
 
El ser humano, tiene 5 emociones básicas: la felicidad, la tristeza, la ira, el asco y el miedo. Pues bien, resulta curioso que le prestamos menos atención a las emociones positivas, porque nos indican que todo va bien.

Aquí es donde radica el problema; el portero que no juega, es decir el portero suplente o el tercer portero que no va convocado, se desanima muchísimo por no jugar, ya que no tiene protagonismo en el partido, y piensan que no lo van a tener debido a que otro portero cuenta con la confianza de su entrenador. Es necesario que el portero suplente y el tercer portero, se muevan por otras emociones que le ayuden a trabajar diariamente y a mantener el ánimo aunque no participen habitualmente en la competición.

El entrenador de porteros, debe tener un sexto sentido en este aspecto y debe ayudar a los porteros desde esta perspectiva. Debe ser un gran observador y debe conocer a la perfección a cada uno de sus porteros. Sí tiene ese potencial suficiente para ayudarles a que se reconcilien con su propio cerebro, evitaremos todo lo comentado anteriormente. De esta manera, potenciaremos nuestro cerebro para decidir como sentirnos en cada momento, en lugar de estar pendiente constantemente, de cuáles son nuestras emociones en ese mismo momento.

¿Para qué trabajar esto? Para que el portero contagie sus emociones al equipo, demuestre su seguridad en él mismo y transmita seguridad a sus compañeros. La seguridad, permite jugar con tranquilidad, y consigue que el ambiente sea muy favorable para el transcurso del partido.

Para finalizar con la entrada de hoy, comparto con todos/as vosotros/as una frase para reflexionar y para debatir. Espero que hayáis tenido un gran éxito deportivo en el fin de semana. Un abrazo muy grande.

 “Nada ha cambiado, pero como yo he cambiado, todo ha cambiado”.

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