El portero de fútbol
siempre está buscando su éxito deportivo, por tanto, se mueve por motivaciones
similares al ego para buscar la titularidad, realizar buenas actuaciones para
dejar la portería a cero, trabajar duro en cada entrenamiento para tener una
continuidad en el equipo, y evitar tener malas actuaciones para que no lo
critiquen los medios de comunicación. Todo esto sucede porque nuestro cerebro
está preparado para la supervivencia y no para la felicidad. Debemos aprender a
lidiar con nuestras propias emociones. Necesitamos herramientas para
entendernos a nosotros mismos, para comprender a nuestros compañeros y para
crear nuestros propios sistemas de valores.
El ser humano,
tiene 5 emociones básicas: la felicidad, la tristeza, la ira, el asco y el
miedo. Pues bien, resulta curioso que le prestamos menos atención a las
emociones positivas, porque nos indican que todo va bien.
Aquí es donde
radica el problema; el portero que no juega, es decir el portero suplente o el
tercer portero que no va convocado, se desanima muchísimo por no jugar, ya que
no tiene protagonismo en el partido, y piensan que no lo van a tener debido a
que otro portero cuenta con la confianza de su entrenador. Es necesario que el
portero suplente y el tercer portero, se muevan por otras emociones que le
ayuden a trabajar diariamente y a mantener el ánimo aunque no participen
habitualmente en la competición.
El entrenador de
porteros, debe tener un sexto sentido en este aspecto y debe ayudar a los
porteros desde esta perspectiva. Debe ser un gran observador y debe conocer a
la perfección a cada uno de sus porteros. Sí tiene ese potencial suficiente
para ayudarles a que se reconcilien con su propio cerebro, evitaremos todo lo
comentado anteriormente. De esta manera, potenciaremos nuestro cerebro para
decidir como sentirnos en cada momento, en lugar de estar pendiente
constantemente, de cuáles son nuestras emociones en ese mismo momento.
¿Para qué
trabajar esto? Para que el portero contagie sus emociones al equipo, demuestre
su seguridad en él mismo y transmita seguridad a sus compañeros. La seguridad,
permite jugar con tranquilidad, y consigue que el ambiente sea muy favorable
para el transcurso del partido.
Para finalizar
con la entrada de hoy, comparto con todos/as vosotros/as una frase para
reflexionar y para debatir. Espero que hayáis tenido un gran éxito deportivo en
el fin de semana. Un abrazo muy grande.
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