El legendario portero argentino Amadeo Carrizo usaba una
gorra de cuadros escoceses, que siempre llevaba en los partidos. Pensaba que aquella prenda le traía suerte y no se la
quitaba ni para ducharse.
Ángel Clemente Rojas se ganó para siempre el amor de su equipo cuando antes de comenzar el partido le robó a Amadeo Carrizo la gorra que siempre usaba, y corrió por todo el campo detrás de él para recuperarla. La gorra fue recuperada y Carrizo alcanzó los 9 partidos sin encajar un gol.
En el mismo partido, Norberto Madurga, delantero de 23 años, recibió un pase largo que le hizo quedarse solo en un mano a mano frente a Carrizo. Amadeo Carrizo levantó la mano simulando haber escuchado el silbato y le dijo al delantero; estás en fuera de juego. El joven delantero que entraba con el balón en sus pies, dudó de la infracción si estaba pitada o no, y al mirar al línea, Carrizo le robó el balón.
De esta manera, el portero se vengó del robo de su gorra y el delantero se quedó lamentándose en el campo por la hazaña del veterano portero.
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