Ricardo
Zamora fue el primer gran portero que tuvo el Barcelona pero, a
diferencia de Antoni Ramallets no completó toda su carrera profesional
en el conjunto azulgrana ni caló tan hondo en el sentimiento culé como
lo hizo el barcelonés. De hecho, Zamora también militó en los dos
máximos rivales del Barça el Espanyol y el Real Madrid y su paso por
el club catalán, aunque brillante, duró apenas tres temporadas, que se
saldaron con la conquista de dos Copas de España.
Lo de
Ramallets, en cambio, fue la fidelidad total a unos colores, aunque no
los vistiera hasta la temporada 1947-48, porque la anterior fue cedido
al Valladolid, y no lograra la titularidad hasta la 1949-50, cuando tuvo
que relevar a Velasco después de que este sufriera una grave lesión
ocular ante el Celta.
Apodado 'El gato de Maracaná' por la brillante actuación que tuvo defendiendo la portería de España en el Mundial de 1950,
la competición que le consagró a nivel internacional, Ramallets es uno
de esos porteros estrechamente vinculado al imaginario culé. Nació en el
barcelonés barrio de Gracia, el 4 de junio de 1924, y jugó en el
histórico Europa antes de acabar en el equipo más importante de la
ciudad, en el que colgaría las botas en 1962 tras completar 538 partidos
oficiales.
Rápido,
afilado y ágil como un gato, Ramallets conectó rápidamente con la
grada, primero de Les Corts y más tarde del Camp Nou, como solos los
jugadores carismáticos del club han logrado hacerlo. Triunfar en el
Barça, sobre todo si se es portero, no es nada fácil, y Ramallets lo
logró con creces, no solo por sus cinco Zamoras (1951-52, 1955-56,
1956-57, 1958-59, 1959-60) sino porque fue una de las figuras de la
primera época dorada del Barcelona.
No en vano, Ramallets fue el meta titular del mítico equipo de 'Las cinco Copas',
el que logró la Liga, la Copa de España, la Copa Latina, la Copa Eva
Duarte y la Copa Martini Rossi en la campaña 1951-52. Era el hombre que
ponía el candado a su portería mientras los César, Kubala, Basora,
Moreno o Manchón perforaban sin piedad la portería contraria.
En
1962 decidió colgar las botas sin tiempo apenas para digerir la forma en
la que el equipo había perdido, meses atrás, la final de la Copa de
Europa de Berna ante el Benfica (3-2), en la conocida como 'final de los
postes' en la que el infortunio se alió con el conjunto azulgrana y
Ramallets incluso se marcó un autogol.
Aquel partido
probablemente precipitó la idea de su retirada, pues Ramallets podía
haber jugado perfectamente algún año más. Lo confirma, su gran actuación
en el partido de su homenaje, contra el Hamburgo. Ramallets, que
entonces tenía 38 años, hizo vibrar el Camp Nou con sus intervenciones,
especialmente una increíble parada después de un chute del alemán Uwe
Seeler, pero ya era demasiado tarde para reconsiderar su decisión.
Seis Ligas, cinco Copas del Generalísimo y dos Copas de Ferias, como títulos más destacados, contemplan su palmarés. 'El
Gato de Maracana', uno de los mejores porteros de la época y el primer
guardameta que se convirtió en el ídolo del barcelonismo, se ha ido para siempre.
Para finalizar la dedicatoria, os dejo un vídeo que refleja la grandeza de Ramallets. D.E.P.
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