En el vídeo podemos observar como se disputa un partido entre el Nápoles y la Lazio, en el cual se produce un gol con bastante picardia por parte del jugador Miroslav Klose, perteneciente al equipo romano.
Los compañeros de equipo se van a celebrarlo, pero la grandeza de este jugador no tiene límites, ya que rápidamente se da cuenta de su acción, y se desplaza a buscar al árbitro para decirle que lo anule, que le ha dado con la mano.
Ni que decir tiene el gesto tan bonito por parte del jugador, y la repercusión al trabajo diario de un portero por evitar que le anoten goles, y más de esta manera.
Sí de por sí un portero ya presenta dificultades a lo largo de un partido para optimizar sus acciones con recursos, si le añadimos que la picardía del jugador lo beneficia, la figura del portero quedará más límitada en cuanto a la eficacia se refiere.
Gracias a jugadores como estos, merece la pena disfrutar del fútbol y sus valores. Es un deporte al que se le dedican muchas horas y mucha ilusión para entorpecerlo y mancharlo con juego sucio.
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