En la entrada del
blog de hoy, hablaremos sobre la tipología y morfología del portero de
fútbol. Antes de adentrarnos en la
temática, me gustaría comentar algo que es muy importante tener en cuenta:
existen diferentes pensamientos en los entrenadores de fútbol, y dichos
pensamientos llevan una consistencia en cómo interpretar sus ideas y como exigir
a sus jugadores lo que ellos consideran que es la mejor solución, antes de
establecer un modelo actual de juego.
Por tanto,
podemos decir que no hay sólo un camino que nos lleva hacia el éxito, pero si
es muy importante, que la forma en la que el entrenador elija llegar hacia él, esté
bien cubierta con una gran coherencia, que ayude a satisfacer a todos los
elementos que la integran dentro de su ideología de juego.
Dentro de su
ideología y filosofía de juego, el entrenador debe decidir el tipo de portero
que necesita. Para ello, diferenciaremos a 2 tipos de porteros: un tipo de
portero con una gran reacción y un tipo de portero con una gran anticipación, siendo
totalmente diferentes ambas tipologías. La gran diferencia entre ambos, se
explica a continuación:
Por un lado,
tenemos a un tipo de portero con una gran anticipación, caracterizado por ser
un portero que piensa más, y que es capaz de leer el juego con una alta
calidad, ya que puede percibir las situaciones de juego antes de que ocurran,
anticipándose a ellas de manera eficaz y resolver dichas jugadas antes de que
se conviertan en un problema para su equipo. Además, su actitud siempre es pensativa, para
comprender las situaciones y leerlas para ver qué debe hacer. Suele jugar fuera
de portería con una gran serenidad y tiene una gran capacidad para dar una
verticalidad ofensiva provocando movimientos rápidos a su equipo. Además no se
pone nervioso con el balón en los pies, ya que sabe lo que debe hacer. Este
portero, se suele preocupar de que su defensa esté en línea adelantada y bien
situada para provocar el fuera de juego.
Al contrario, si
definimos a un portero con una gran reacción, podemos mencionar que es un
portero defensivo muy explosivo y potente, con un gran tren inferior
fortalecido y que siempre está preocupado y centrado en una sola acción, ya que
no tiene esa capacidad de pensar y de anticipar. Por tanto, su lectura de juego
es muy limitada, ya que solo reacciona a lo que está sucediendo momentáneamente
en el terreno de juego, ya que no puede prever las acciones, y tiene varias
dificultades en la lectura de juego y en su pensamiento, antes de su ejecución.
Este portero, suele estar preocupado de que su línea defensiva, esté ubicada cerca
de su portería y con una gran activación a la hora de defender.
Por tanto, si
hablamos en términos morfológicos, podemos afirmar que existen unos patrones distintos
entre un tipo de portero y otro, pero es el modelo de juego, el que obliga a
operar al portero, y dicho modelo, es el que dicta como deben jugar, y no
propiamente, ciertas características de los diferentes tipos de portero. Es
decir, el portero siempre puede resolver con mayor eficacia cada acción, y está
será mejor y mayor, cuanto mayor sea su capacidad de adaptación. Su adaptación,
está íntimamente relacionada, con la filosofía de juego de su equipo. Si
tenemos un equipo que pasa la mayor parte del partido atacando, el portero debe
jugar fuera de portería. Sin embargo, si tenemos un equipo defensivo que juega
con el equipo replegado totalmente atrás, debe tener un portero reactivo de
grandes reflejos ubicado perfectamente en portería. No podemos ver a un portero
como a un atleta ágil que se adapta a cualquier situación, sino como un jugador
de campo más que cada vez entra más en el juego colectivo del equipo.
Como conclusión,
podemos decir que el portero debe estar en total sintonía con el juego del equipo.
En cierta forma de jugar y
con un determinado sistema de juego, es necesario que el portero asuma ciertos
comportamientos que se identifican con ese
estilo de juego. El
portero siempre tiene que encajar
en el sistema y estilo de juego
del equipo, es algo natural, que
conlleva un proceso de adaptación. Para ello, el club
debe tratar de buscar y contratar
a un portero que encaje a la perfección
en el sistema de juego que va a emplear el
entrenador.
Para finalizar, como suelo
realizar asiduamente, compartiré con todos/as vosotros/as, una frase acorde a
todo lo anteriormente mencionado. Un abrazo muy fuerte.
"Es tan grande
el daño que hace al hombre la inseguridad, que llega un momento en el que
cambia su personalidad".
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