Ayudar a progresar a un portero, no es una tarea fácil, pero realmente es lo que distingue a un buen entrenador de porteros, de un entrenador de porteros común.
Hay porteros, que tienen más dificultades
que otros para adquirir la información que les está transmitiendo su entrenador de
porteros. Les cuesta prestar atención a los matices pertinentes por un déficit
de concentración, por tanto, es necesario comprender que cada portero tiene su
propio nivel de progresión.
El entrenador de porteros, debe entender
muy bien lo que está sucediendo con cada portero y cuáles son sus necesidades. Así,
es él, el que debe adaptarse a sus porteros, y no al contrario. Debe establecer
unas conexiones y asegurarse que las entienden, ya que dichas conexiones serán
muy importantes para establecer unos comportamientos. Saber en cada momento del
entrenamiento o partido como intervenir con los porteros, juega un papel
importante en su evolución. Además, debe llamar la atención de sus porteros en los aspectos fundamentales y saber proponer
modelos de interpretación apropiada.
Por otro lado, es una labor muy importante
del entrenador de porteros, hacerle ver al portero que sus intervenciones
tienen sentido y que las situaciones planteadas en las tareas, serán el
principal objetivo de sus intervenciones exitosas, ya que será ese principio de
juego trabajado, el motor que hará que el portero lo adquiera para realizar un buen partido.
El portero, debe conocer y
reflexionar acerca de lo que está trabajando y como lo aplica a las diferentes
acciones del entrenamiento o del partido. Si las tareas reflejan situaciones de partido, estaremos
respondiendo positivamente a un reconocimiento lógico por parte del portero, y ello
provocará que su cerebro lo procese para estar preparado en el partido.
La repetición de las tareas, hará
que el portero automatice unas habilidades que su cerebro almacenará, reconocerá
y procesará en el partido mejorando su actuación, y todo ello implicará que el
portero reduzca el tiempo de respuesta en cada acción de juego, porque ya lo
tiene asimilado. Por tanto, el diseño de tareas debe estar siempre en sintonía
con el estilo de juego del equipo y con la especificidad del puesto de portero.
Como conclusión, podríamos decir
que como entrenadores de porteros, debemos fomentar una retroalimentación
reflexiva para que nuestros porteros piensen y comprendan las decisiones
que toman. Ello les guiará en el
camino hacia la mejora de su rendimiento. Por
tanto, debemos llevar al portero al límite con una elaboración de tareas cuyas acciones
tengan una transferencia real de competición y requieran movimientos y comportamientos
muy complejos.
Para finalizar, como es de costumbre, daremos por
concluido dicho artículo compartiendo con todos/as vosotros/as una frase acorde
con todo lo anteriormente mencionado. Muchas gracias por ayudarme a seguir
manteniendo vivo el blog con vuestras visitas. Un fuerte abrazo.
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