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martes, 17 de junio de 2014

LA INFLUENCIA DEL ENTRENADOR DE PORTEROS EN LA EVOLUCIÓN DE SUS PORTEROS.


Ayudar a progresar a un portero, no es una tarea fácil, pero realmente es lo que distingue a un buen entrenador de porteros, de un entrenador de porteros común.

Hay porteros, que tienen más dificultades que otros para adquirir la información que  les está transmitiendo su entrenador de porteros. Les cuesta prestar atención a los matices pertinentes por un déficit de concentración, por tanto, es necesario comprender que cada portero tiene su propio nivel de progresión. 


El entrenador de porteros, debe entender muy bien lo que está sucediendo con cada portero y cuáles son sus necesidades. Así, es él, el que debe adaptarse a sus porteros, y no al contrario. Debe establecer unas conexiones y asegurarse que las entienden, ya que dichas conexiones serán muy importantes para establecer unos comportamientos. Saber en cada momento del entrenamiento o partido como intervenir con los porteros, juega un papel importante en su evolución. Además, debe llamar la atención de sus porteros en los aspectos fundamentales y saber proponer modelos de interpretación apropiada.

Por otro lado, es una labor muy importante del entrenador de porteros, hacerle ver al portero que sus intervenciones tienen sentido y que las situaciones planteadas en las tareas, serán el principal objetivo de sus intervenciones exitosas, ya que será ese principio de juego trabajado, el motor que hará que el portero lo adquiera  para realizar un buen partido. 


El portero, debe conocer y reflexionar acerca de lo que está trabajando y como lo aplica a las diferentes acciones del entrenamiento o del partido. Si las tareas reflejan situaciones de partido, estaremos respondiendo positivamente a un reconocimiento lógico por parte del portero, y ello provocará que su cerebro lo procese para estar preparado en el partido.

La repetición de las tareas, hará que el portero automatice unas habilidades que su cerebro almacenará, reconocerá y procesará en el partido mejorando su actuación, y todo ello implicará que el portero reduzca el tiempo de respuesta en cada acción de juego, porque ya lo tiene asimilado. Por tanto, el diseño de tareas debe estar siempre en sintonía con el estilo de juego del equipo y con la especificidad del puesto de portero.


Como conclusión, podríamos decir que como entrenadores de porteros, debemos fomentar una retroalimentación reflexiva para que nuestros porteros piensen y comprendan las decisiones que toman. Ello les guiará en el camino hacia la mejora de su rendimiento. Por tanto, debemos llevar al portero al límite con una elaboración de tareas cuyas acciones tengan una transferencia real de competición y requieran movimientos y comportamientos muy complejos.

Para finalizar, como es de costumbre, daremos por concluido dicho artículo compartiendo con todos/as vosotros/as una frase acorde con todo lo anteriormente mencionado. Muchas gracias por ayudarme a seguir manteniendo vivo el blog con vuestras visitas. Un fuerte abrazo.


“Enseñar a un portero, no es hacer que aprenda algo que no sabía, sino hacer de él, alguien que no existía”.

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