Acaba de
cumplir 22 años y ya es, sin discusión, uno de los mejores porteros del mundo.
En su tercera temporada defendiendo la portería rojiblanca. Thibaut Courtois se
ha asentado como uno de los grandes metas del momento. Su juventud
no le impide contar ya con un palmarés con dos Ligas, una en España y otra en
Bélgica, dos Copas, una Europa League y una Supercopa de Europa. Muchos, a sus
años, apenas se están haciendo un hueco en la élite, mientras que el 13 ya
puede presumir de entorchados de primer nivel. Al fondo, puede añadir una
muesca más; La Champions.
El sábado,
además de conquistar la Liga, se metió en el bolsillo su segundo trofeo Zamora
consecutivo. Lo ha hecho, además, arrasando a sus rivales, que no han podido ni
acercarse a su excepcional coeficiente de 0,65 goles (24 en 37 partidos)
encajados por duelo. El segundo en la clasificación, de hecho, terminó siendo
Iraizoz, el único junto al belga que ha recibido menos de un tanto por
encuentro.
Ante el Real
Madrid, además, ha firmado actuaciones portentosas. Para el recuerdo, la final
de Copa de 2013. Aquel día, Courtois, por si alguien tenía dudas, firmó una
serie de paradas increíbles. Para el recuerdo, dos; una a Ozil y otra a
Higuían, que acabaron desesperados.
El del sábado, además, puede ser el último partido de Courtois en el Atlético. Cedido por el Chelsea, hace semanas tenía apalabrada su continuidad en la entidad del Manzanares, pero la lesión de Cech y la voluntad de José Mourinho de contar con el belga pueden hacer que Thibaut se marche del club que le encumbró y que él, no lo oculta, adora. Quiere jugar en el Manzanares el próximo curso pero antes, por si no fuera posible, estaría encantado de colaborar en la primera Champions. Y, a buen seguro, será una de las claves del Atlético. Lo fue en la final de Copa, pero también en encuentros como el de Stamford Bridge, demostración de que los partidos grandes van con él.
Fuente: www.marca.com
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