Un buen entrenador de porteros, es
aquel que saca el máximo rendimiento a sus porteros. No podemos entrenar a un
nivel y competir a otro diferente. Debemos conseguir que nuestros porteros se
centren en la tarea como en la competición. Hay muchos porteros que por no
ayudarles con la parte mental, no llegan a ser profesionales y se quedan en el
camino.
Las sensaciones en un portero son
muy importantes y nosotros como entrenadores de ellos, estamos obligados a
conocerlos para saber cómo se gestionan, para ayudarles a conseguir su máximo
rendimiento. Para ello, debemos gestionar el rendimiento y el talento de nuestros
porteros, conociendo sus características en su forma de ser. Debemos tener una
buena comunicación con ellos, para saber cómo tratarles, ya que debemos
adaptarnos a cada portero. Cada portero necesita una cosa diferente de su
entrenador de porteros.
Además, tenemos que ser
conscientes de que la mentalidad de un portero titular es diferente a la de un portero
suplente. Tenemos que hacer ver que tiene que hacer el portero suplente para
ser el titular. Debemos buscar el máximo rendimiento del portero suplente y que
no asuma su etiqueta de suplente, para que trabaje sintiéndose titular, ya que
en cualquier momento puede y debe jugar. El portero titular también debemos
trabajar con él para que no se acomode. Para evitar las etiquetas, debemos ser
creativos en la charla de cada sesión de entrenamiento y en la charla previa al
partido, para ayudar a nuestros porteros a que estén motivados. Es muy difícil estar
concentrado y motivado todo el entrenamiento y en los 90 minutos en un partido.
La mayoría de los errores se producen por falta de concentración. La concentración
la debemos trabajar desde los entrenamientos. Para ello, debemos trabajar que el
portero tenga un autocontrol de él mismo, y eso será vital para conseguir una
regularidad, una fortaleza mental.
Por otro lado, debido a las
diferentes emociones que provoca la competición a causa de las victorias y
derrotas, debemos saber convivir con ellas y soportar muy bien la carga emocional,
con una buena inteligencia emocional, controlando las emociones con
inteligencia para no transmitir a nuestros porteros nuestro estado emocional. Debemos
contagiarles un ambiente de positivismo y de alegría a la hora de entrenar. Además,
debemos ser empáticos con ellos, debemos buscar su cambio de actitud, y eso
depende de la gestión de sus emociones.
Como conclusión, podemos decir
que todo entrenador de porteros, debe tener una comunicación directa con sus
porteros, para poder cambiar su actitud en cualquier momento. Nos tenemos que
adaptar a ellos para sacar su máximo rendimiento y debemos buscar una
estabilidad emocional, por tanto, los primeros que deben tener dicha
estabilidad somos nosotros, para poder transmitirla.
Para finalizar con la entrada del
blog, quería dar mi apoyo a todos/as aquellos/as porteros/as que este fin de
semana han consumado el descenso de categoría, y felicitar a los que han
ascendido de categoría. Hay que seguir luchando siempre con la ilusión de
querer aprender y mejorar. Para ello, compartiré una frase con todos/as vosotros/as, que refleja todo lo anteriormente
comentado. Un abrazo muy fuerte.
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