Miroslav Mihailov, portero búlgaro que jugó en los Mundiales de 1986 y 1994. ¿Qué hay de raro en él? Bueno, para allá vamos. En México 86, Bulgaria y Mihailov llegaron hasta octavos de final tras perder 2-0 con los locales, pero en Estados Unidos 94, también con Mihailov en la portería, el papel de la selección de Bulgaria, dejó de ser de reparto para convertirse en estelar incluso desde antes del torneo, porque se clasificaron al Mundial eliminando a Francia con un gol memorable de Emil Kostadinov.
Con figuras como el goleador Hristo Stoichkov, el volante Jordan Lechkov y el defensa Trifon Ivanov),
Bulgaria superó la fase de grupos al ganarle 4-0 a Grecia y 2-0 a
Argentina, que venía golpeada por el doping positivo de Maradona. En
octavos de final, vencieron a México por penaltis en un partido recordado
porque la portería se desbarató en pleno partido.
Y en cuartos de final sorprendieron a Alemania con un 2-1 que los metió en la semifinal, donde a pesar de perder con Italia, escribieron
una historia exitosa en la que Mihailov tuvo mucho que ver.
Pero el recuerdo del gran Miroslav Mihailov, no iba a limitarse a sus paradas. El tema iba más allá. La foto grupal del Mundial 94 puso en evidencia su dramática, prematura y, hasta el momento, desconocida calvicie que lo catapultó a ser el único futbolista del que tenemos registro en jugar con peluquín en la historia de los Mundiales. Mikhailov mandó pegar un pedazo de
pelo postizo al parietal y frontal de su cabeza, y aunque tuvo el
riesgo de sufrir un drama si se le desprendía durante algún partido, la peluca del búlgaro se mantuvo en su cabeza durante los 8 partidos que disputó en el Mundial.
El testimonio fotográfico del álbum de 1994 deja ver el impecable
trabajo estético al que se sometió el portero nacido en Sofía.
Orgulloso, recio, con mirada al horizonte y, esencialmente, con pelo, Mikhailov
posó para el fotógrafo pero sin advertir que la
foto del equipo iba a delatar su alopécica realidad.
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