La suplencia
en la Liga de San Iker le da a este partido un dramatismo especial para el
portero. Está a 90 minutos de la final soñada por todo el madridismo o de decir
adiós a la portería hasta el Mundial. Y no es un escenario cualquiera al que se
enfrentará.
El portero
del Madrid ha jugado seis veces en Múnich, con un balance que está en la misma
línea que el del equipo blanco a lo largo de su historia. Ni una victoria en
campo muniqués. Cinco derrotas y un solo empate. Trece goles encajados en estos
seis duelos, una media de 2,1 por partido. Le valdría para pasar a la final si
los delanteros hacen al menos un gol.
Casillas
afronta el partido con su serenidad habitual, pero con el convencimiento de que
le espera un infierno. Siempre se ha visto especialmente exigido en Alemania,
empezando por esta misma temporada. Ante el Schalke, el día del 1-6,
protagonizó una parada milagrosa a Draxler con 0-1 que cambió la eliminatoria.
Y ante el Borussia, en pleno asedio amarillo con 2-0, mantuvo en pie al Madrid
con dos paradones a Mkhitaryan y Grosskreutz. Y lo mismo hizo en la ida ante el
Bayern, con una mano salvadora a Götze que ha permitido al Madrid llegar al
Allianz con ventaja.
Esta noche,
Casillas está preparado para lo peor. En Múnich siempre ha vivido entre
bombardeos, pero sueña con volver a una final de la Champions 12 años después.
Precisamente en su temporada más difícil, que ha solventado hasta la fecha
ganando la Copa del Rey y llegando a la vuelta de las semifinales de la Copa de
Europa con todo a su favor.
Fuente: www.marca.com
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