Durante el transcurso de un partido, un portero puede pasar por algunas situaciones especiales de juego que requieren un gran protagonismo en lo que respecta a la comunicación. Un ejemplo lo tenemos en los tiros libres desde el borde del área, que representan un momento de alto compromiso mental para el portero, ya que tiene la responsabilidad general de la organización del espacio de su área para defender el tiro libre.
El portero debe seleccionar la ocupación
de los espacios adecuados, pero sobretodo debe estar mentalmente muy
concentrado para la organización de la barrera. El portero tiene la responsabilidad
de llamar a los compañeros de la barrera, de decidir cuántos jugadores la
componen y organizar las marcas de cada
jugador atacante. El portero tiene que ver el balón, porque si la barrera está
a 9,15 y el portero no ve el balón, resulta que en vez de ver el balón durante
22 metros, lo pasa a ver durante 15 metros, por tanto, su tiempo de reacción es
mucho más bajo. El único objetivo de ver el balón durante toda la trayectoria,
es disminuir el tiempo de reacción. No es lo mismo reaccionar frente a un balón
que viene desde 15 metros fuerte, potente y ya orientado, que ya sabemos cómo actuar.
Los compañeros de equipo deben
tener la confianza por completo en las órdenes de su portero, y para ello es
necesario que el portero establezca un código de rápida comunicación con sus
compañeros, con el fin de que pueda dar el mayor número de indicaciones en un
corto período de tiempo. Por esta razón, debe mantener un alto nivel de
concentración.
Una vez está posicionada
correctamente la barrera y hemos establecido una comunicación eficaz con los
jugadores, el portero debe posicionarse un metro por delante de la línea de gol.
Es importante estar por delante de la línea de portería un metro, porque reducimos
más la trayectoria adelantados un metro que atrasados, pero el principal matiz
es que si nos posicionamos en la misma línea de portería y decidimos hacer una
estirada lateral a media altura a parar un balón, el balón lo desviamos y va al
palo y gol. Si estamos un metro adelantados, nos lanzamos y desviamos y el
balón va fuera. Por eso se ven tantos goles de porteros que paran el balón pero
acaban dentro de portería, porque están metidos en la línea, y no tienen
espacio para desviar el balón, porque lo rozan con las puntas de sus dedos. Por
otro lado, el portero debe mantener la posición hasta el golpeo: el portero
piensa que por moverse antes, llega antes al balón, pero no sabe si el balón
irá hacia el otro lado.
Para finalizar con la entrada del
blog, compartiré una frase con todos/as vosotros/as que tiene relación con todo
lo anteriormente comentado. Espero que hayáis tenido una muy buena Semana Santa
y que empecéis la semana con las pilas cargadas al máximo para seguir dando
guerra desde nuestra casa; la portería. Un abrazo muy fuerte para todos/as.
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