En 2006, en Brasil
ocurrió algo realmente inaudito durante un partido de lo más normal y
corriente entre el Santacruzense y el Atlético Sorocaba, correspondiente
a la Copa Paulista.
El Sorocaba, el conjunto visitante, llevaba una
ventaja de 0-1 y el Santacruzense presionaba sin cesar en busca del gol
del empate. En el último minuto, los locales dispararon a puerta un
balón que salió desviado.
Entonces, una gracia de un recogepelotas
cambió el curso del partido. En lugar de entregar la pelota normalmente
para que se realizara el saque de puerta, al gracioso no se le ocurrió
otra cosa que darle una patada al balón en dirección al portero. El
esférico siguió imparable su inercia y se metió entre los tres palos.
Cuando el árbitro, que no se había percatado del incidente, vio que el
guardameta del Sorocoba sacaba el balón de su portería, pitó el gol para
incredulidad y consternación de los seguidores y jugadores del
Sorocaba.
Pese a todo, hubo final feliz, pues los dos rivales superaron
la fase de grupos y se metieron en la ronda siguiente.
Fuente: www.es.fifa.com
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