Ahora que comienza la
pretemporada para muchos equipos, es importante empezar con buen pie, sobretodo
en la parcela que nos compete; la preparación específica de los porteros, como
entrenadores de porteros que somos. Para ello, debemos tener en cuenta algunos
matices que nos ayudarán a que todo transcurra con mayor eficacia.
Debemos comprender que es una
fecha donde todos los porteros quieren agradar en un ambiente muy positivo y
hay un gran interés y voluntad en el trabajo realizado. No suele haber
problemas, excepto en las plantillas que no están definidas en su totalidad y algún
portero duda de su permanencia en el club.
En los partidos amistosos, es donde nos podemos encontrar las primeras dificultades o adversidades que pueden tener los porteros y debemos saber controlarlas como verdaderos profesionales que somos. Los porteros reflexionan sobre su titularidad en base a los minutos jugados en pretemporada y al rival que se enfrentan, si es de mayor o menor categoría o de mayor o menor nivel siendo ellos titulares. Por tanto, podemos decir que tras las primeras alineaciones, aparecen las primeras desilusiones, y debemos ayudar a nuestros porteros a seguir trabajando igual.
Para ello, tenemos que entender
que a nuestros porteros debemos tratarlos de forma diferente a cada uno, según
su personalidad o los problemas que se le presentan. A continuación,
mencionaremos algunas personalidades que definen al portero:
Portero que se resiste a ser
entrenado: pone barreras constantemente a los ejercicios propuestos por el
entrenador de porteros. No suele escuchar la explicación y suele hacer lo
contrario a lo que se le dice. Las posibles causa de su personalidad puede ser
que haya tenido encuentros desagradables con entrenadores de porteros
autoritarios que le han hecho coaccionarse a realizar algo en lo que no confía,
por tanto, no se fía de los entrenadores de porteros. Hay que escucharle y
hablar con él, para establecer una confianza lentamente.
Portero individualista: es
egoísta y trata de salir adelante sin pensar en los demás. Suele intentar que
los compañeros estén pendientes de él. Suele saltarse todas las reglas y
siempre tiene excusas para hacerlo. Las posibles causas de su comportamiento
pueden ser que siempre ha estado muy protegido y cree que nunca puede
equivocarse, ya que le han formado mal, haciéndole ver que ha crecido
profesionalmente en un mundo irreal. Hay que intentar evitar conflictos
provocados por su manera de relacionarse con los demás.
Portero propenso a las
lesiones: se pueden generar por diversos motivos; bien porque no se cuida
lo suficiente, porque juega sin controlar el riesgo que suponen algunas
acciones innecesarias, no se protege las zonas debilitadas, juega con total
abandono, o sale con miedo y le falta dureza en las acciones de contacto. Las posibles
causas de su personalidad pueden ser que le asuste la responsabilidad de la
competición, o que tal vez su única forma de conseguir atención sea a través de
las lesiones, ya que es posible que necesite sentirse protagonista.
Portero veterano: portero
que está llegando al final de su carrera deportiva. Puede ser o no consciente
de ello, puede tener un peso o no en el vestuario y puede querer o no querer seguir
aportando al grupo. Las posibles causas de su personalidad pueden ser que
mentalmente está pensando en su retirada y eso le hace aislarse del grupo. Hay
que respetar su jerarquía, consultarle en caso de necesidad y pedirle consejos.
Hay que comprender su situación.
Portero estrella del equipo:
Sabe que futbolísticamente es el mejor de todos los porteros y el más valorado
del equipo. Suele ser un gran producto de consumo informativo. Las posibles
causas de su personalidad pueden ser que al ser muy buen portero, le han
permitido casi todo y le han hecho ver que es diferente a los demás porteros.
Hay que orientar al grupo sobre el mejor modo de convivir con él y hacerle ver
que su meta individual solo se puede conseguir con la aportación colectiva.
Portero joven que empieza a
destacar: le dan la oportunidad de entrenar con el primer equipo. Es el
centro de atención y eso incomoda a los demás porteros con los que trabaja. Suele
arriesgar mucho en cada acción debido a su confianza y recibe una excesiva
presión. Hay que tratarle como uno más delante del grupo, y aconsejarle en
privado para reducir la presión. Hay que frenar su euforia, exigirle esfuerzo
para mejorar cada día y explicarle cual es la jerarquía en el vestuario.
Portero que necesita gastar
energía: siempre está dispuesto a entrenar más de lo que se pide. Es el
primero en salir al campo de entrenamiento y se ofrece el primero a comenzar el
ejercicio. Gastar energía le libera ansiedad y necesita controlar todas las
variables que están a su alcance para sentirse seguro. Es aconsejable
demostrarle que tenemos mucho interés por su preparación.
Portero que será cedido o
causará baja: suele acusar los cambios y puede que baje su rendimiento. Hay
que entender su situación y saber que en algunos momentos su actitud puede no
ser la adecuada.
Portero recién llegado al
club: todo es nuevo para él, su rendimiento es inferior a su capacidad
mostrada anteriormente, y puede que no esté acostumbrado a este nivel de
entrenamiento o tipología de entrenamiento, ya que es diferente la estructura a
su antiguo entrenador de porteros. Debemos ser conscientes de sus primeras
dificultades iniciales, darle oportunidades desde el principio e intentar
visualizar su potencial lo más pronto posible.
Como conclusión, podríamos decir
que no todos los porteros tienen las mismas capacidades o forma de solucionar
un problema. Además, el carácter de un portero es muy difícil de cambiar. Es verdad
que todos podemos cambiar nuestras conductas, pero tenemos que respetar la
naturaleza de cada uno de nuestros porteros. Para finalizar, compartiré con
todos/as vosotros/as una frase que recoge todo lo anteriormente plasmado. Un
abrazo muy fuerte y espero que empecéis la pretemporada al mayor nivel posible
para que se vea recompensado vuestro trabajo con la titularidad en portería.