Los factores que condicionan el rendimiento de un portero de
fútbol son varios, por tanto, podemos hablar de un modelo de rendimiento
multifactorial, ya que el portero tiene que dominar diferentes aspectos, y como
entrenadores de porteros que somos, tenemos la obligación de intentar que haya
un equilibrio de todos ellos (técnicos, tácticos, físicos y psicológicos). En
la entrada de hoy, hablaremos del factor psicológico.
Para ello, comenzaremos
el artículo mencionando que el portero es una pieza clave en un equipo de
fútbol, ya que es el jugador más especializado de todos. Cumple una función
específica y por ello, necesita una formación psicológica que lo adecue a dicha
situación. Es obvio, que lo soñado por todos los porteros es ganar y salvar
partidos dándole puntos a su equipo con grandes intervenciones, y eso, es lo
que diferencia a los buenos porteros de los que solo lo son de vez en cuando.
Convertirse en un portero ganador y eficaz de forma regular, no es tarea fácil,
y eso se consigue tomando buenas decisiones en las acciones demandadas en la
competición.
Estas decisiones se pueden mejorar gracias a la ayuda de los entrenadores de porteros que entrenan al portero y le ayudan a ser capaz de pensar más rápido y eficaz. Durante el desarrollo en la progresión de un portero en lo que respecta a la temporada, la parte del cuerpo más importante a desarrollar es el cerebro. Es un gran error a la hora de planificar sesiones de entrenamiento con nuestros porteros, pasar la mayoría del tiempo de los entrenamientos con ejercicios muy analíticos que se centran exclusivamente en reiteradas caídas y ejercicios de juego de pies. Si la mayoría de los porteros tachados como menos buenos son en base al resultado de decisiones tardías o malas decisiones, ¿por qué nosotros, los entrenadores de porteros no pasamos la mayor parte de nuestros entrenamientos trabajando con los porteros en un ambiente que les ayude a tomar mejores decisiones en cortos espacios de tiempo?
Todo ello,
provocará que el portero reciba una preparación
eficaz, a través de todo el conocimiento
que ha ido almacenando, y ello
hará que su cerebro, tras ver el
balón como un estímulo antes de que llegue a ser reconocido, pueda pensar más rápido, reduciendo el
tiempo de respuesta para una acción defensiva u ofensiva determinada, lo que
mejorará la anticipación y la lectura
del juego.
Como conclusión, podemos decir que el portero de fútbol debe ser el jugador con el pensamiento más rápido en el campo. Su toma de decisiones en jugadas debe ser lograda con gran eficacia en una fracción de segundo. Las acciones a las que se enfrenta un portero son casi siempre únicas y requieren de una acción inmediata. Es por ello que este tipo de acciones, deben ser practicadas una y otra vez en un entorno realista con situaciones abiertas con una aplicación directa que implique a emplear todo el conocimiento del portero, para mejorar su lectura táctica e incrementar la eficacia en su toma de decisión.
Para finalizar con el
desarrollo de este artículo, como suelo realizar asiduamente, compartiré con
todos/as vosotros/as una frase que enmarcará todo lo anteriormente narrado.
Recordad que por cada minuto que estéis enfadados, perderéis 60 segundos de
felicidad. Os deseo que seáis muy felices en las vacaciones más que merecidas
tras una gran temporada dando todas vuestras fuerzas en cada acción del
entrenamiento y del partido. Un abrazo muy fuerte.
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