En la entrada de hoy, hablaremos sobre la continuidad de partidos del portero y si ello conlleva a una mejoría del mismo. Para ello, lanzaremos una pregunta: ¿Un portero necesita una continuidad de partidos seguidos para tener la confianza necesaria en la portería?
Siendo coherentes, no tenemos argumentos que afirmen el debate que se genera en muchas ocasiones sobre el portero que debe jugar. Cualquier portero, debe estar preparado a nivel emocional para jugar o dejar de jugar cuando lo decida su entrenador. Para ello, el portero debe adueñarse de su autoconfianza a través del trabajo diario con su entrenador de porteros y sus compañeros.
Si el portero quiere transmitir confianza al equipo, debe hacerlo mediante un esfuerzo y un trabajo diario muy serio en cada entrenamiento, lo que hará que se traslade la confianza a su entrenador, y no a la inversa, dato muy importante el no confundir esto.
Por tanto, un portero no necesita una continuidad de partidos para coger confianza, ya que la confianza la debe tener el portero de forma estable para transmitirla en cada entrenamiento y en cada partido. Si un portero no gestiona bien el hecho de no jugar, no es un problema del entrenador, sino propio. La labor del entrenador de porteros aquí es fundamental, ya que en la alta competición, se debe ser tolerante a la frustación y nunca desanimarse, por tanto, le debe hacer ver a sus porteros, que las dificultades se convierten en retos personales.
El hecho de que el portero compita con sus compañeros por un puesto en el once titular, le crea una competencia interna, y ello le beneficia creándole un estímulo que le crea un estado de alerta, obligándolo a trabajar más y mejor, y lo más importante, evita que entre en estado de relajación.
Por tanto, el portero debe trabajar a diario para sentirse preparado para jugar, siendo consciente de que en cualquier momento, puede jugar o dejar de jugar. Además, debe manejar el autocontrol, sabiendo convivir con las opiniones y decisiones de su entrenador, ya que son lejanas a su control y en las que el portero es el único dueño.
Para finalizar con la entrada, lo haremos hoy de una forma especial, y lo haremos regalando un fragmento de una canción acorde con lo anteriormente comentado. Un saludo.
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