De todos es sabido que existe una gran diferencia entre el portero y el resto de jugadores del equipo; el portero puede utilizar las manos y los pies, por tanto, debe dominar una mayor parte corporal.
A veces, cuando el portero está en el campo, se siente
alejado e incomunicado de su cuerpo. Se siente perdido, y sin concentración, por
una mala acción técnica, y por tanto necesita una comunicación mental y
corporal que le ayude a estar metido y entrar otra vez en el partido.
El cuerpo del portero, está presente en todas las acciones que
realiza en el partido, por lo tanto, somos los dueños de un equilibrio o
desequilibrio corporal, ya que el cuerpo materializa la mente.
Actuar mal con una parte de su cuerpo en una jugada puntual
del partido, puede afectar al resto del equipo, por tanto, la confianza y el poder
personal, nos ayudará mucho a realizar buenas actuaciones.
El tono de voz fuerte ayudando al equipo, la cabeza bien
alta, el cuerpo recto, la forma de caminar al salir al campo, son constantes
visuales que dicen mucho de la forma de ser de un portero.
Un portero con la
cabeza agachada, significa triste, batido. Un portero que habla bajo, significa
inseguridad en él mismo, y eso el jugador contrario lo percibe.
Para finalizar os dejo esta frase para que reflexionéis y dejéis
vuestros comentarios:
“El cuerpo tuyo te habla a ti, y nadie mejor que tú, puede
descifrarlo”.
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