Debido a la gran dureza que suponen la mayoría de ejercicios en un entrenamiento para el portero, solo podemos recompensarlos utilizando ejercicios que los hagan disfrutar, trabajando todos los porteros a la misma vez, y evitar que se encuentren parados mirando al compañero que trabaja, para que encuentren la diversión en el programa de entrenamiento.
En el momento que un portero no disfruta con lo que está
trabajando, no dará todo lo que puede dar de él, y pensará que el entrenamiento
se convierte en una rutina de trabajo y al final entrena por compromiso con su
equipo, en vez de disfrutar.
Para ello debemos también reconocer su buen trabajo cuando
entrena duro, demostrándole nuestra confianza y que somos justos con él, y que
no solo corregimos sus deficiencias, ya que ellos en el campo, son los primeros
en dar ánimos a los compañeros desde la portería, cuando el equipo necesita el
apoyo de alguien.
Todo esto hará que el portero se sienta valorado
positivamente por la observación del entrenador de porteros y que tiene muchas
opciones de ganarse un puesto en el once si sigue con su regularidad
entrenando. Para finalizar, os dejo una
frase que puede resumir lo anteriormente comentado.
“La mejor manera que
puede tener un entrenador de porteros de crecer es haciendo crecer a sus
porteros”.
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