A la hora de
planificar una sesión de entrenamiento, el entrenador de porteros, se debe asegurar
de que cada ejercicio que la compone, cumple
con la especificidad que debe ser diseñada. La forma de trabajar
con los porteros, tiene que estar identificada con la manera en que piensa el entrenador acerca del juego y debe representar lo que son nuestras ideas. En otras palabras, la
planificación se vuelve dependiente de
las ideas del entrenador y cada ejercicio debe estar bien estructurado.
Debe desarrollar una capacidad en el portero en lo
que se refiere a la búsqueda de los aspectos esenciales
de cada movimiento, para que le ayude al mismo a saber cómo solventar el error de una forma productiva
y que pueda reflexionar sobre lo que hace. Un aspecto a tener en cuenta, es la importancia que se da al momento de la intervención del portero, ya que la capacidad
del entrenador de porteros para dar
retroalimentación en el momento correcto,
es crucial para que el portero se dé
cuenta de que se le está dando
una revisión a sus actuaciones.
Juan Carlos Unzué (entrenador de porteros del F.C. Barcelona) junto a Victor Valdés mostrando la confianza entre ambos |
En el fondo,
cada intervención de un portero, es la
culminación de un proceso y la
calidad del mismo, depende en
gran medida del nivel de las
personas involucradas. El entrenador
de porteros, debe tener la sensibilidad para darse cuenta de que cada portero es diferente, que tiene un ritmo de
aprendizaje distinto y debe ser capaz de intervenir
específicamente en cada uno de ellos. Además, debe tener mucho tacto en la
forma de analizar el camino que se les enseña y cómo nos comunicamos con
ellos: Debemos hablar de una forma
distinta con cada uno de nuestros
porteros, pero siguiendo las mismas directrices y los mismos principios. Al hablar de forma diferente, nos
referimos en la forma de llegarle a cada uno de ellos, lo que nos implica tener que
elegir diferentes maneras de
comunicarnos.
Por tanto,
podríamos decir que lo más importante es la intervención
del portero y que los ejercicios
no son lo realmente importante. Lo importante es la retroalimentación que le transmitimos, lo que le decimos a ellos en el momento en que sucede algo. Es la parte más
importante, especialmente el
tiempo de su intervención para hacerles
comprender, que lo están realizando de la forma correcta y que la
necesidad del entrenador es ser capaz de reconocer los errores y los momentos
adecuados para intervenir.
Como conclusión, podríamos
decir que la intervención de un portero, debe remitir en
su toma de decisiones para que él mismo, las cuestione y
se familiarice con las situaciones que se generan. Por lo tanto, el portero
está obligado a pensar en sus decisiones y contextualizar
el conocimiento que posee, lo que contribuye a una mayor autonomía en su comportamiento y
un fomento del conocimiento en el saber cómo hacer las cosas. La
retroalimentación se puede dar de muchas formas: en el desarrollo
del trabajo de la tarea en sí misma, como forma de corrección o descripción; puede tener el objetivo directo de hacer
que los porteros posean
ciertos sentimientos en momentos determinados, e incluso se puede dar de
forma visual, realizando ejemplos demostrativos el entrenador. Por lo tanto, el entrenador de porteros, debe ser
capaz de equilibrar sus conocimientos para transmitir la
información de la manera más apropiada.
Para terminar con el artículo, como realizo semanalmente, me gustaría compartir con todos/as vosotros/as una frase que engloba todo lo anteriormente plasmado. Muchas gracias por visitar el blog, ya que sois mi energía para seguir escribiendo artículos. Un abrazo muy fuerte.
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