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jueves, 22 de enero de 2015

COMO DESPERTAR LAS EMOCIONES DE NUESTROS PORTEROS


Una habilidad que todo entrenador de porteros deberá tratar de dominar, es la capacidad para despertar emociones en sus porteros. La forma en que lo haga, dependerá de la situación en la que se encuentre el equipo o tendrá que ver con los objetivos que se tienen planteados para un periodo determinado

Según Daniel Goleman (psicólogo estadounidense), tenemos dos cerebros; uno que piensa lo racional y otro que recoge los sentimientos, las emociones. El primero, es una forma de entendimiento de lo que se suele tener conciencia. Es más prominente en cuestiones como la atención y la reflexión. El segundo, se compone de un sistema de conocimiento más allá: la impulsividad y los pensamientos ilógicos. Sin embargo, existe una interacción constante entre el cerebro emocional y el cerebro racional.

 
Bob Wilson,ex entrenador de porteros del Arsenal con el ex portero inglés David Seaman

Teniendo en cuenta esto, es interesante analizar como es el proceso de formación del portero de fútbol. Comenzaremos diciendo que tener un equilibrio mental fuerte, es esencial para ser portero. Para ello, emplear al final del entrenamiento con los porteros de las categorías inferiores unas tareas de juegos competitivos, en los que hayan torneos entre los porteros, hará que adquieran la competencia mucho mejor y que se acostumbren a convivir con la derrota sin llegar a emociones negativas como la frustración o la falta de confianza.

Estos tipos de tareas, harán que los porteros se hagan más fuertes mentalmente,  ya que más tarde cuando vayan progresando de categorías y den el salto al fútbol profesional, se requerirá que un portero posea una buena gestión mental. Buscaremos despertar unos sentimientos y unas emociones que desarrollen una capacidad de resistencia y una capacidad de recuperación de un estado mental negativo, convirtiéndose en un futuro portero, capaz de reaccionar con éxito  ante situaciones similares. Que un portero posea una capacidad mental fuerte para superar el fracaso es muy importante, y para ello, su entrenador de porteros, tiene que ser consciente de que al despertar estas emociones negativas activas, pueden tener unos efectos secundarios indeseables

Las emociones desencadenan en los porteros unos cambios en lo que respecta a su disposición a la hora de entrenar o jugar, y esto, repercutirá en unas actuaciones mejores o peores y, en última instancia, repercutirá en sus vidas deportivas. Si la presencia de las emociones negativas es una constante por parte del portero, aparecerán los famosos estados de ansiedad en su rostro, lo que provocará malas actuaciones que conllevan a unos malos resultados y unas comparaciones o críticas que se hará él mismo, que no le ayudarán a dar la mejor versión de sí mismo. 

Jon Pascua Ibarrola, EDP de Mamelodi Sundowns con sus porteros

Haciendo una analogía con el juego y con el proceso de formación, nos damos cuenta de cómo la presión puede influir en el rendimiento, y sabiendo que la posición de portero está sujeta a una enorme presión, tenemos que ser muy cuidadosos para no transmitir emociones negativas. Un portero de fútbol, debe estar preparado y capacitado para crear unos mecanismos de defensa y desarrollar unas estrategias para que las emociones no influyan negativamente en su actuación.

Así que podemos decir como conclusión, que el despertar de las emociones, está   relacionado directamente con los ejercicios que realizamos con nuestros porteros. Sin embargo, la forma en que realizamos siempre los ejercicios, debe adaptarse a la intencionalidad de fomentar y tener en cuenta la singularidad de cada uno de nuestros porteros. El ejercicio puede contener una carga emocional elevada, pero tenemos que saber si tendrá como efecto unas emociones positivas o unas  emociones negativas. La estimulación de lo que queremos conseguir con nuestros porteros, deberá llevarse a cabo de manera efectiva en las intervenciones que realizamos como entrenadores de porteros, ya que será este aspecto el que implementará las intenciones del portero a la hora de trabajar.

Para finalizar, como suelo realizar asiduamente, compartiré con todos/as vosotros/as una frase que hará reflexión a todo lo anteriormente narrado. Un abrazo muy fuerte.

"Las mejores decisiones no son fruto de una reflexión del cerebro sino del resultado de una emoción".

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