El fútbol ha evolucionado mucho a
lo largo de los últimos 20 años, y concretamente, la figura del portero, puede
haber sido la posición dentro del campo que más cambios ha sufrido. En el presente artículo del blog, hablaremos sobre la gran demanda y
responsabilidad que recae sobre el portero en el fútbol moderno, y como los
entrenadores de porteros, necesitamos estar cada vez más cualificados, para
hacer frente a nuestra vocación.
Para ello,
comenzaremos comentando que el portero de fútbol, posee la característica
principal de ser un especialista dentro de un equipo, y para ello, debe
realizar unos entrenamientos con un trabajo específico supervisado por el
entrenador de porteros. Según las funciones que le otorga el reglamento,
debemos trabajar con unos conceptos que están delimitados y definidos para el
puesto de portero, pero siempre con la comunicación presente, con el
principal objetivo de mejorar las relaciones que se establecen entre compañeros
y adversarios, y ello provocará que haya una mejora de equipo y sea más fácil
dar unas respuestas a los problemas planteados en el partido, permitiendo al
portero una rápida interpretación de las mismas. Por tanto, es imprescindible
que posea un abanico de acciones motrices adquiridas para dar respuesta a las necesidades
que demande el juego.
Además, las acciones defensivas u
ofensivas, deben ser interpretadas de forma inteligente para actuar con
eficacia en el momento concreto de partido, y para tomar decisiones
individuales y colectivas. Podemos decir que la inteligencia de
un portero, se desarrolla en función de su estilo de juego y en el diseño de
las tareas que realizamos, para que el comportamiento que queremos que alcance,
dependa de unas intenciones técnico-tácticas, que le permitan
desarrollar su inteligencia en el partido y que sepa leerlo, para poder tener
la capacidad de percibir las diferentes posibilidades que puedan aparecer, y
ello implicará que se fomente un aprendizaje colectivo, en vez de individual.
Por otro lado,
debemos ser conscientes de que existe una clara preocupación por los diferentes niveles de formación que se
pueden obtener para que el portero de fútbol evolucione positivamente. Un aspecto
importante, es tratar de entender la diferencia entre los contenidos tácticos que
se muestran en nuestro trabajo como
entrenadores de porteros, ya que dicha comprensión,
nos hará ser necesariamente más específicos en los entrenamientos,
todo ello provocado por el conjunto de comportamientos significativos y característicos de la
posición que el portero adopta en
el campo en el fútbol actual. Puede haber una comprensión diferente o una nomenclatura distinta, en lo que a
la táctica se refiere, pero para nosotros, los
entrenadores de porteros, la táctica
es siempre específica,
porque representa lo que el portero va a plasmar en el juego, por
lo que parece que no hay necesidad de
diferenciarse.
Como conclusión, podemos decir
que la responsabilidad de un portero, ha aumentado considerablemente y hoy en
día, un portero debe ser capaz de intervenir tácticamente dentro de un sistema
de juego planteado por el entrenador, siendo este un gran protagonista en
acciones tácticas defensivas complejas como basculaciones con la línea
defensiva, apoyos, repliegues y vigilancias y muchas acciones que el futbol
moderno demanda por ser más rápido. Además, ofensivamente, el portero es imprescindible
que tenga un buen juego de pies, y que sepa interpretar bien el partido, con
una gran visión de juego, temporizando cuando sea preciso y sobretodo un gran
gestor del tiempo de partido en lo que a control y ritmo se refiere.
Para finalizar, como suelo realizar asiduamente, compartiré con todos/as vosotros/as una frase que recoge todo lo anteriormente comentado. Un abrazo muy fuerte.
"Si encomiendas a un hombre más de lo que puede hacer lo hará. Si solamente le encomiendas lo que puede hacer, no hará nada".
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