El portero realiza un trabajo
público que se desarrolla ante las miradas de miles de aficionados. No resulta
fácil aislarse de tal circunstancia y centrarse en su trabajo. Sentirte
observado y evaluado por el público crea una presión deportiva y el rendimiento
del portero, puede decaer drásticamente.
Cuando finaliza el partido, el
trabajo realizado en el campo, puede ser opinado por cualquier aficionado y a
veces ni ellos mismos se ponen de acuerdo en opinar sobre la actuación, por
tanto, el portero suele leer todo lo que se publica sobre él, y puede haber
diferencias en su valoración sobre su actuación.
Ser un objeto de críticas o crear
dudas respecto al trabajo o actuación del portero, puede provocar una debilidad
en la autoconfianza individual.
Los entrenadores de porteros,
debemos dotar al portero de recursos psicológicos que le ayuden a sobrevivir de
cada examen semanal, por tanto el portero debe trasladar confianza a sus
compañeros desde su trabajo.
Además, los entrenadores de
porteros, no podemos regalar confianza a nuestros profesionales, ya que son
ellos los que nos deben convencer a nosotros con su trabajo diario
incrementando su confianza en ellos mismos.
Los aficionados, periodistas,
etc. podrán dudar de nosotros, pero el portero no puede dudar de sí mismo, ya
que debemos enseñarle y trasladarle recursos para que sepa sobrevivir en este
mundo lleno de dudas ajenas.
Para finalizar comparto con mis
lectores/as esta frase acorde con lo escrito anteriormente. Muchas gracias por
vuestras visitas diarias. Saludos.
“Nuestra crítica consiste en
reprochar a los demás el no tener las cualidades que nosotros creemos tener”.
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