¿Sabías que?

Iker Casillas, portero del Real Madrid, comenzó como suplente en la final de la Champions League de 2002. Al lesionarse César, portero titular aquel día, Casillas le sustituyó y poco antes de incorporarse al terreno de juego las cámaras de televisión le sorprendieron cortando con unas tijeras las mangas de la camiseta hasta dejarlas cortas. Probablemente, y al margen de que pudiera sentirse así más cómodo, consideraba que aquello le traía buena suerte. La realidad es que tuvo una actuación soberbia que permitió al Real Madrid ganar la final. A partir de ese momento, los niños pedían en las tiendas una camiseta como la de Casillas, y la marca comercial tuvo que fabricar un modelo de manga corta que no existía hasta ese momento en el mercado.