Pasada la primera semana liguera ya con la cabeza pensando en nuestro siguiente rival; el Granada C.F., las sesiones de entrenamiento fueron igual que siempre, llenas de ilusión y con la cabeza concentrada en realizar un buen trabajo que diera sus frutos el día del partido. Era el primer partido en casa, y debíamos dar una imagen buena de un equipo serio, pues así habíamos trabajado durante toda la semana.
El partido se disputó en el Centro Deportivo Antonio Puerta, nuestro lugar de entrenamiento, esa puerta la cual menciono al principio del blog, por la que tanta historia ha pasado en este club y seguirá pasando, y ese día la atravesé como preparador físico de porteros, preparado para ayudar al equipo y obtener la victoria. Qué bonita sensación la de sentirte arropado en casa, observando la grada antes del partido y viendo las caras de ilusión de los aficionados, deseando de ver a sus familiares y amigos jugar, y eso te hace que te entregues más aún. Fue un calentamiento cuya concentración era tan grande que llegó la hora de abandonar el campo para ir a vestuarios y me pilló por sorpresa. Salimos del campo preparados para recibir a un gran rival. Comenzó el partido muy alocado por parte de los dos equipos pero poco a poco el CDAD Nervión se fue metiendo en el partido. El resultado final fue de empate a 2. Un partido que quizás merecimos más porque al descanso íbamos con una ventaja de 2-0 ganando pero la inexperiencia en la categoría nos hizo empatar. Poco a poco este equipo se va haciendo cada vez más grande y estoy seguro que haremos una gran temporada. Las sensaciones son muy buenas y como siempre, repito, dar las gracias al cuerpo técnico y jugadores por hacerme las funciones más fáciles. Da gusto trabajar con personas así.
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